Choco Orta en New York

Tota

La cantante, actriz y percusionista Virgen «Choco» Orta será la madrina del Desfile Puertorriqueño de Nueva York, evento que el 8 de junio se celebrará en la Quinta Avenida en Manhattan.

«Es un honor, que de tantos miles de personas, me seleccionen a mí como madrina o gran mariscal junto al golfista Chichí Rodríguez. Es un pasito más en mi carrera», dijo ayer Choco a El Nuevo Día.

Tres días antes, el jueves 5, Choco y su orquesta, dirigida por Richie González, se presentarán en el Club Babalú de Ralph Mercado en Manhattan. El viernes 7 cantará en el Hostos College en el Bronx acompañada por la banda del timbalero cubano Orestes Vilató.

«El día del desfile también cantaré en la tarima de la Quinta Avenida. Me siento contenta por el cariño y el respeto que me profesan», indicó la cantante.

Aunque no dispone de la maquina-ria de una multinacional o una oficina de relaciones públicas, en ciudades como Cali, Nueva York, La Habana, Queens, Chicago y Houston ha sido recibida como una reina.

«Me siento que en Puerto Rico se me está brindando la oportunidad. Nunca se me ha negado tarima. Hay áreas en que no he penetrado, como la radio… pero ¿quién entra en la radio de este país?»

La carrera musical de Choco Orta comenzó con Salsa Fever y se desarro-lló en la década del 90 al ser firmada como solista por Musical Productions, artífice de su trascendencia internacional. Paralelamente, Choco ha desa-rrollado su carrera como cantante de salsa junto a su labor como bibliotecaria en la escuela Fray Bartolomé de las Casas en Santurce. Sus proyectos inmediatos son grabar un disco en Colombia y en agosto cursar una maestría en Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras.

Choco Orta estelarizó la obra El bombón de Elena e igualmente su participación en Los monólogos de la vagina fue aclamada. Su incursión en las tablas se remonta al 1980 en el musical La verdadera historia de Pedro Navaja y posteriormente en Las Bohemias.

«Para mí, la actuación es secundaria», dijo. «Cantar es mi prioridad porque me siento como pez en el agua cantando. Yo soy salsera de la mata y bolerista. Eso es lo que me corre y ahí es que me olvido de la vida».

En su tiempo libre, Choco realiza labor comunitaria en la Asociación Cristiana Femenina, en la avenida Ponce de León. Allí, frente a la Casa Aboy, dicta talleres de conga, guitarra y baile a jovencitas de escasos recursos entre los 13 y 18 años.

«Son 21 muchachas de comunidades como El Gandul, Los Lirios y Trastalleres, que están recibiendo lo más que puedo ofrecer humanamente. Esa es mi gran misión en la vida», concluyó.

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