El reggaetón no puede encontrarse en un mejor momento: después de haber sido por muchos años un género prácticamente subterráneo en Puerto Rico, ha alcanzado una popularidad mundial que ha dejado impresionados hasta a sus más férreos detractores, ésos que lo acusan de repetitivo y banal.
Pero es evidente que debe evolucionar si pretende conservarse en la cima y esto es lo que parece querer hacer Don Omar, uno de sus mayores exponentes, como lo demuestra de algún modo lo que tiene planeado para el concierto que ofrecerá este sábado en el Anfiteatro Gibson: en vez de recurrir únicamente a un DJ que lance pistas musicales, el cantante asegura que se presentará por primera vez con una banda completa.
“Admiro mucho la música urbana y uno de mis grandes amigos es Sean Paul, de Jamaica, quien utiliza regularmente una banda y me enseñó los beneficios de emplearla”, empieza el boricua, que respondió el llamado de La Vibra desde su hogar en Puerto Rico. “He logrado un supergrupo: en la guitarra tengo a Tony Ríos, quien produjo y arregló Los bandoleros, mi canción con Tego Calderón; en la batería está Ledif, que toca con el legendario Vico C, y el director musical es Escobar, un productor muy importante”.
Tras decir que él es el único reggaetonero que se está atreviendo a emplear un grupo “real” en vivo (lo que quiere decir que no considera al aludido Vico C dentro del género, algo que resulta razonable si se considera la complejidad artística de este último), Don Omar asevera que “el sábado le vamos a dar una nueva dimensión al reggaetón. Va a ser un gran adelanto mucho mayor, porque estamos pasando de trabajar con un DJ a una nueva etapa, que ha necesitado de muchas más horas de trabajo”.
Aunque su nuevo disco aún no está terminado, William Omar Landrón (su verdadero nombre) llegará a Los Ángeles en medio de la polémica que lo ha ubicado en las últimas semanas en un supuesto enfrentamiento con la mega estrella Daddy Yankee y que se ha plasmado, al menos, en dos canciones presentadas por cada uno de ellos en sus conciertos.
“No creo que la vida nos hubiera permitido nunca, ni a él ni a mí, llevar esto a algo más que una simple letra en un par de canciones”, dice Don. “Somos dos profesionales que sacamos la cara por nuestra música, por nuestro género, por nuestra bandera y hasta por los latinos, y no necesitamos de dimes y diretes, ni de lanzar provocaciones para que el otro las responda”.
El artista reconoce que sí le dedicó en algún momento un tema —tocado sólo en vivo— al autor de Gasolina, pero aclara que se trata de una situación que ya no le interesa.
“La prensa la utilizó muchísimo para vender y es por eso que hoy en día prefiero quedarme callado, porque no se trata tampoco de estar lanzando comentarios sobre las diferencias que pueden haber entre los dos”, continúa. “El 6 de enero, en la tradicional Fiesta de Reyes Magos que se hace en mi isla, hice público que no iba a hablar más sobre si Yankee lo está haciendo bien o mal, si es o no es el Cangri o el Rey del Reggaetón y creo que lo único que me queda hoy en día es cumplir con mi palabra y seguir haciendo lo mío. Puerto Rico está pasando muchos momentos difíciles y no es necesario buscarle más problemas”.
Estar involucrado en un género tan polémico puede ser visto como algo extraño para quien formó parte durante cuatro años de la Iglesia Restauración de Cristo, una entidad religiosa de Bayamón.
“Comencé haciendo reggaetón allí, aunque con letras cristianas, basadas muchas veces en el Evangelio”, recuerda. “No me interesa realmente que la gente me llame ‘el cura rebelde que se pasó al reggaetón’, porque siempre he tratado de manejar mi vida según La Palabra, dentro de los estatutos de lo que entiendo y de lo que sé que es conducirse correctamente ante los ojos de Dios”.
Como él mismo reconoce, integrarse a aquella comunidad fue una respuesta a la situación de extrema pobreza que vivió durante su infancia, sumada al abandono de un padre que ahora ha vuelto a vivir con él.
“La vida no me ofrecía mucho en ese momento pero encontré algo inmenso, que no se iba a agotar nunca, y que es Dios”, se emociona. “Todo lo que me ha pasado forma parte de mi carácter como escritor, de mi carácter como crítico de la vida y de las situaciones que otras personas viven a mi alrededor y ha quedado marcado en mi música”.
Curiosamente, Don Omar se alejó de ese grupo tras sufrir un desengaño amoroso con una jovencita que formaba parte de la misma iglesia. “[Dedicarme a hacer reggaetón] fue como una descarga, porque si te fijas en las letras [de mi primer disco], muchas terminan hablando de esa muchacha, aunque se refieran [supuestamente] a otra relación, a otra situación o a otros personajes”, asegura, para decir después que con la fama los desamores han disminuido, pero no desaparecido.
A pesar de los éxitos cosechados en 2005 —que fue el año de consagración internacional del reggaetón—, el rapero latino tuvo que lidiar con un serio asunto legal que involucraba el uso de drogas y hasta de un arma, pero que se resolvió favorablemente para él en septiembre.
“Salimos absueltos; el tribunal entendió que lo que estos señores oficiales [de la policía, que lo acusaron de tener marihuana y una pistola en el auto] decían era imposible de creer, porque era una mentira detrás de la otra y los cargos fueron desestimados”, dice el ex acusado, sin pretender con ello desvincularse de las vivencias que ha tenido anteriormente. “Nunca he dicho que fui un santo; soy una persona que nació y se crió en la calle, y mi personalidad refleja todo eso. Hoy en día lo he moderado y modificado y no se me puede culpar por cosas que sucedieron en el pasado”.
La ya citada canción Los bandoleros habla sobre este hecho y una parte de la letra dice: “Voy a seguir con mi tumbao y con mis ojos coloraos”, lo que lleva a preguntarse si alude al uso de alguna sustancia controlada.
“La gente no puede vivir de alusiones”, responde rápidamente Don; “lo mío lo sabe Dios. Cada quien toma su decisión e interpreta como quiere las cosas; yo soy transparente. Los bandoleros habla de la gente que un día antes [del arresto] decía que yo era lo más grande, pero que después me transformó, prácticamente, en un narcotraficante, cuando el tiempo demostró que todo era falso”.
Aunque las canciones de Don Omar hablan normalmente de mujeres, amores, desamores y pistas de baile, algunas de ellas contienen fuertes toques sociales, lo que querría decir que, de algún modo, a su autor e intérprete le interesan estos temas. Pero cuando se desató un escándalo motivado por el video-clip de Reggaetón latino —en el que se mostraban imágenes que aparentemente ensalzaban al Che Guevara y a Fidel Castro—, Landrón aseguró en una entrevista que no le importaba la política.
“No me interesa la política mala, que es la que te roba, la que no te permite estudiar, la que no te permite expandirte”, corrige el vocalista. “Me interesa la que une, la que ayuda al que no tiene. Pero nunca me convertiría en el spoke person de un ideal”.
Los realizadores del video —incluyendo a Román Suárez, jefe de ventas de música latina de UBO (Urban Box Office)— han asegurado que Don Omar vio el trabajo terminado y dio su aprobación. “Lo que yo vi no tenía las caras de estos señores [el Che y Fidel]”, jura el artista. “La canción no llevaba ningún tipo de intención política; ¿para qué dársela?”.
La situación generó un malestar particular en Miami, emporio del exilio cubano. “Hay muchos cubanos prominentes y serios que me conocen, entre ellos Emilio Estefan Jr., quien salió en mi defensa sin que yo tuviera que decir nada”, prosigue el reggaetonero. “Él sabe cómo soy y lo mucho que me duele el abuso hacia ese pueblo”.
Pero Don Omar no parece querer desvincularse del Festival de Hip-Hop de La Habana, que se ha convertido inesperadamente en uno de los eventos más solicitados en el panorama latino del género.
“He tenido contacto con ellos y aunque va a ser difícil que vaya [este año], porque me encuentro muy ocupado grabando el nuevo disco, me gustaría ir para allá en algún momento”, dice. “Los de allá son igualmente cubanos, y si los de Miami tienen derecho a escuchar el reggaetón, los de la isla también”.
El entrevistado tampoco parece dispuesto a juzgar abiertamente a los guerrilleros que aparecen en el video-clip. “No digo que una revolución no pueda hacer que un sistema mejore; yo mismo necesitaba una revolución en mi vida y hoy en día tengo beneficios de la misma”, aclara. “Tenía que tener un propósito y definir mis prioridades. Quizás la revolución tiene algo de verdad, quizás tiene algo de mentira; pero yo no soy quién para decir dónde está lo bueno y lo malo de cada cosa”.
Y es que, finalmente, esta falta de condena se encuentra relacionada a lo que él mismo responde cuando se le pregunta si no considera que el Dios en el que cree se puede ofender por su participación en un género que incita tanto los placeres sexuales.
“Si alguien me dice eso, tengo que recordarle esta frase: ‘No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados’ “, dicta a manera de despedida.
Recuadro
Lo nuevo de Don
El nuevo álbum de Don Omar, que se lanzará el 2 de mayo, ya tiene nombre: King of the Kings. El mismo artista adelantó varios datos, como el hecho de que la que será su segunda producción oficial como solista en estudio se encuentra bastante avanzada, con cerca de 10 temas listos.
Como el protagonista de esta nota ha sido uno de los mayores abanderados de la fusión del reggaetón y la bachata, resultaba pertinente saber si incluirá alguna novedad musical.
“Estoy trabajando [en el disco] con Miri Ber-Ari, una de las violinistas israelitas más impresionantes que conozco”, comenta el cantante, en alusión a la talentosa instrumentista que ganara el año pasado un Grammy por sus grabaciones con el famoso Kayne West. “También quiero hacer algo con [el grupo] Kaoma, lo que daría como resultado una fusión muy original con lambada”.
Además de confirmar que el tema Donqueo —un reggaetón bastante duro con una inusual temática deportiva— será parte del listado de canciones, Don Omar señala que la placa tendrá también merengue, balada y la infaltable dosis de bachata. “No estoy planeando realmente dúos con otros reggaetoneros, sino con el jamaiquino Elephant Man —con quien he grabado un dance hall—, además de hacer algo con Jay- Z y Ludacris, con quien debo concretar las negociaciones esta semana”.
El puertorriqueño dice que estas colaboraciones serán el preludio de un ambicioso compilado en el que planea trabajar más adelante, donde se unirían en cada uno de los cortes reggaetoneros y raperos famosos.
Pero The King of the Kings tendrá también su lado social, sobre todo en lo que respecta a un tema titulado Muñecas de porcelana. “Trata de dos chicas de clases muy distintas que fueron abusadas cuando eran niñas y que, juntas, encuentran un amor extraño ya que son mujeres, pero que al fin y al cabo sigue siendo amor, aunque nadie se los acepte”, remarca el artista. “He hecho esta canción porque, se diga lo que se diga del reggaetón, no soy machista y el no serlo, no le falta a la hombría de un varón”.
© CARACOL S.A. Todos los derechos reservados.
CARACOL S.A. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados.