Totalmente 100% bilingüe, aunque hay algunos por ahí que cree que hablan inglés Cheo tenía una soltura y chispa en los dos idiomas que había que abrirle paso. Cheo aprendió su arte desde lo más bajo y básico. Fue atril ero, pero le metía mano a las rumbas cubanas de Machito. Tenía gracia y maña que muy pocos tienen. Yo diría que hoy no queda nadie con ese talento de cantar y ese sentido de humor, que nosotros llamamos “malicia”.
Con el Sexteto de Joe Cuba crearon un puente entre los afro-americanos, los de descendencia boricua que no hablaban español y los boricuas en la isla. Yo quise ser Malote por culpa de Joe Cuba y Cheo Feliciano. Hay algunos cantantes que se hicieron ricos y famosos imitando a Cheo y sus técnicas. Quíntuple amenaza Cheo, un barítono en un mundo de cantantes chillones, sobresalía por la calidad de su voz. Pero si es no fuera suficiente tenía una sincopa y una clave asombrosa. También soneaba melódicamente como ningún otro.
Encima de todo eso una pronunciación impecable y para rematar unos soneos contundentes, sea humor o sentimiento. Cheo era un verdadero comunicador en una época de cantantes con papelitos en la mano. La sonrisa Sobre todo lo que me encantaba de Cheo era su sonrisa y manera de ser. Cheo y Cocó son como familia y hemos pasados por buenas y malas. Sin Cocó le hubiera sido difícil mantenerse en este negocio duro y complicado.
Todos tenemos nuestros demonios y Cheo no era diferente. Pocos pueden como Cheo recuperarse y creo que su escudo y su arma paras sobrevivir fueron Cocó y su noble corazón junto al gran corazón y sentido de humor cortante que Cheo tenía. Es mala suerte decirle a un artista “Buena suerte” cuando va subir a la tarima.
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