"Tan pronto como terminó nos cambiamos de ropa y nos dedicamos a pasar el rato juntos. Fue un momento muy feliz. No supuso un cambio monumental, estábamos muy felices y seguros de lo que hacíamos, lo cual es una sensación maravillosa. Te da paz", explicó la intérprete al periódico Daily Mirror
"Lo mejor de todo es que no sentíamos que nos faltara algo o que necesitásemos casarnos. Nos sentíamos muy completos, y el compromiso con respecto a nuestros hijos no es uno al que puedas renunciar, así que ya estábamos comprometidos", añadió.
A pesar de que para la actriz y directora el matrimonio no supuso un cambio radical en su vida, sí admite sentirse más feliz que nunca en la actualidad junto a su marido.
"Sí que sientes algo diferente al poder hablar de ‘mi marido’ o ‘mi mujer’. Te emociona a un nuevo nivel y te hace mirar a esa persona con otros ojos", concluyó.