Rubén Blades, quien no sólo es homenajeado, sino que también hace parte del mismo álbum es reflejar que todos los aspectos latinos están incluidos en esta producción. Géneros como el chandé, el porro, el foxé brasilero y el festejo peruano, no opacaron la voz de Blades, que según relata Uribe, hacerlo parte de ese álbum fue un sueño hecho realidad.
La admiración por el cantautor panameño comenzó desde corta edad cuándo escuchó el tema ‘Amor y Control’, de ahí en adelante su curiosidad por el maestro Rubén aumentó cada día. A Blades lo conoció en el Berkley College of Music en Boston (EEUU), donde obtuvo su título como cantante.
Años después del breve encuentro, ambos se encontrarían en New York en donde Blades casualmente iría a escuchar a una banda de jazz de la cual Gregorio hacía parte. "Le gustó mucho el proyecto, así que me atreví a invitarlo. Aceptó y generosamente contribuyó al disco".
Hoy en su más reciente producción este colombiano, no tiene más sino anécdotas con Rubén Blades quien le enseñó la importancia de plasmar un contenido social en la música y usar la como medio para construir y mostrar realidades que muchos ignoran o quiere pasar por alto.
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