El reconocido diario estadounidense The Guardian, publicó el 10 de Diciembre un artículo resaltando la pasión de los caleños por la salsa. El periodista Kurt Hollander, es quien se encarga de darle vida a una historia en la que narran como los caleños han demostrado su apego por la salsa desde sus inicios y no solo por la música como tal sino por el baile y la cultura que conlleva el ritmo musical.
En el artículo cuentan la historia de algunas personas que guardan en su casa los más grandes clásicos de la salsa desde su origen en vinilos a los cuales le dedican grandes espacios.
Un fragmento del mencionado artículo
‘Santiago de Cali es la capital autoproclamado de la salsa, no porque este género musical nació allí (eso sería el Bronx), ni porque tenía las mejores bandas (que sería Puerto Rico, Cuba o el Bronx de nuevo), pero debido a que los habitantes de esta ciudad en el suroeste de Colombia han adoptado como propio, por lo que la parte de la letra de la poesía local y bailarlo como nadie en el planeta.
Salsa surgió en la década de 1970 a partir de un conglomerado de muchos estilos musicales latinos anteriores y ritmos. La apreciación de la música latina en Cali se remonta a la década de 1940 cuando las primeras estaciones de radio difunden música de La Habana; cuando se emitieron los musicales de la época dorada de México del cine (con bandas de swing cubano y cantantes) en la televisión local en los años 50; y con la llegada, también en esa época, de los registros de Cuba, Panamá y Argentina.
En los años 50 y 60, los pequeños bares y clubes abren junto o dentro de burdeles en el centro de Cali, y fue allí que la obsesión por el baile y pre-salsa música tropical (como se escuchó en vinilo) entró subconsciente cultural de la ciudad, allanando el camino para la salsa a ser adoptada como cultura oficial de la ciudad.
En los años 70 y 80, con la bonanza económica de los cárteles de la cocaína, bandas de salsa en vivo fueron trasladados a actuar en clubes ostentosos y mansiones, y el baile llamativo y salsa romántica reinaban. Cuando estalló la burbuja de coque y bandas ya no llegaron a jugar, fue una vez más las discotecas pequeñas, locales (literalmente "bibliotecas de registro") dedicado a los ritmos y sensibilidad urbana de la salsa clásica, sino también a los principios de la música de baile y cantantes, que mantenido el amor y el conocimiento de la música latina de la ciudad.
El tiempo se detiene en Cali. Una amplia variedad de géneros de la música latina – que data de los años 30 hasta los años 80 – se han conservado en las discotecas y viejotecas ("bibliotecas antiguas"), que son como cápsulas del tiempo musical, con los originales discos, tocadiscos, carteles y fotos la creación de un entorno único para escuchar y bailar con los sonidos de épocas pasadas.
Gary Domínguez, discómano autoproclamado (registro maníaco), es el propietario de Bar Latino, ubicado en la casa donde nació hace 57 años. Las paredes, techos e incluso las mesas están cubiertas con fotos, carteles y registros de salseros. La salsa jugó aquí, sin embargo, no es una excusa para que la gente y sacudiendo su botín, sino más bien es apreciado por su musical, rítmica y cualidades líricas’
Fuente: Theguardian.com