Khemmikka Na Songkhla señala que es una tradición familiar que aprendió de su abuela con la que el busto aumentaría hasta dos tallas dependiendo de la fisonomía del paciente.
La clínica asegura que el tratamiento no presenta contraindicaciónes, salvo el dolor luego de las sesiones, producto de los golpes, masajes y pellizcos a los que el paciente se debe someter para obtener los resultados deseados.
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