En el estudio participaron más de 100 personas divididos en tres grupos, los cuales los pusieron aprueba mirando rostros atractivos, menos atractivos y comunes.
Posterior a esto los pusieron a recordar una serie de aspectos anteriormente observados.
Lo cual evidencio que el grupo que había visto los rostros más atractivos tenía mayor capacidad para recordar los aspectos vistos con anterioridad.