‘La diabla’ y ‘Catalina’ de ‘Sin tetas sí hay paraíso’ sí existen
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Él narró: "Por allá en la época dorada de ‘Pandillas, guerra y paz’, estaba en un evento en Pereira. Una jovencita de unos 15 años se acercó y me preguntó: ¿Qué toca hacer para estar en la televisión? Le respondí: ‘Prepararse y para eso toca estudiar’, ella sin dudarlo un segundo contestó, ‘eso no sirve para nada".
Ante la respuesta él se interesó en saber por qué, por lo que agregó: “Empezó a decir que niñas del colegio que se habían retirado, ahora tenían carro y casa, mientras que su prima, que había terminado el bachillerato era mesera en un restaurante ¿yo cómo refutaba eso? Si es la realidad de la sociedad”.
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Ella continuó explicando que sus compañeras mantenían de fiesta en fiesta y de finca en finca, pero que a ella no la llevaban porque "no tenía tetas". Cuando preguntó quién las llevaba, conoció a la ‘diabla’.
Al tiempo llegaron a su apartamento en Bogotá y luego de dos meses, no querían irse. Él cuenta: “Jessica (La Diabla) era una proxeneta increíble para la edad que tenía, pero no era tan agraciada como Catalina que sí era muy bonita. Me di cuenta que había traído a Cata a venderla aquí en Bogotá pero no podía porque no tenía tetas. Al final, ella se fue vendada de la casa, un cirujano le había puesto las siliconas ‘fiadas’. Después se las tuvo que quitar porque enfermó y se enteró que las prótesis eran de segunda”.
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La Catalina real está viva, se casó con un mafioso, tiene dos hijos, está en Miami y es muy rica.
Una foto publicada por Gustavo Bolivar (@gustavo_bolivar) el
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