Pero también dice que las parejas pueden salvar sus relaciones mediante la detección de las señales de advertencia y cambiando la forma en que se tratan entre sí.
Es mejor prevenir que curar, después de todo.
Con esto en mente, ¿no es hora de darle a tu relación un chequeo de salud?
Los venenos
El Instituto Gottman ha identificado cuatro problemas potenciales para una relación, a los que llaman "Los cuatro jinetes del Apocalipsis".
Descubre este temible cuarteto.
Crítica
Te la pasas hablando de ti mismo… ¡eres un egoísta!"
Si criticas a tu pareja, puede sentirse como si estuvieras atacando su personalidad o su naturaleza.
Eso es mucho más perjudicial que una queja o un comentario negativo sueltos.
Además es el más común de los "cuatro jinetes" de alerta.
Desprecio
¡Eres una idiota!"
Este es el más fuerte presagio del fracaso de una relación, y usualmente se alimenta de pensamientos negativos guardados por mucho tiempo respecto a la pareja.
Préstale atención a indicios reveladores como el sarcasmo, los insultos, las burlas y la ridiculización.
Aunque parezcan inofensivos, son expresiones que a menudo llevan al conflicto, no a la resolución.
Estar en guardia
¡No es mi culpa que siempre lleguemos tarde!"
Al sentirse atacado en una relación, la reacción usual es proteger tus sentimientos, ya sea ensimismándose o estallando con ira.
Esta autoprotección es un intento de evitar lo que perciben como un ataque.
Mucha gente se pone a la defensiva cuando la critican, pero realmente se trata de una manera de culpar a la pareja.
La cura del silencio
Al verse incapaz de lidiar con cualquiera de los otros "tres jinetes", tu pareja (o tú) puede responder desconectándose, dando la espalda, pretendiendo estar ocupado o mostrando algún comportamiento obsesivo.
Aunque esto evita la confrontación, esta clausura de la comunicación produce el efecto de subir el ritmo cardíaco del corazón a más de 100 latidos por minuto, lo que nos deja físicamente abrumados.
El antídoto
Si tu relación se enfrenta a cualquiera de los portentos de la fatalidad mencionados, Gottman aconseja la adopción de cuatro alternativas que inducen a la intimidad.
Quéjate sin culpar
Habla sobre tus sentimientos con tu pareja usando declaraciones que incluyan el pronombre "Yo".
En vez de decir: "tú siempre hablas de ti mismo", di: "me siento ignorado; ¿podríamos hablar de cómo me fue a mí hoy?".
Demuestra aprecio y afecto.
Cambia el "eres estúpido" por "me siento orgulloso de la forma en la que manejaste esa situación".
Asume la responsabilidad
Incluso si no estás de acuerdo con tu pareja, escúchala y asume algo de la responsabilidad.
Di: "debí haberme apurado", en vez de "es tu culpa que siempre lleguemos tarde".
Cálmate
Tómate 20 minutos para reducir tu ritmo cardíaco antes de empezar a discutir.
En cambio de ignorar o cerrarte a tu pareja, lee un libro o sal a caminar.
Y luego, vuelve a conversar.
No te angusties
Hablar no es lo mismo que comunicar y "a menudo nadie nos enseña cómo comunicarnos, ni en la escuela ni en casa", señala Peter
Saddlington, psicólogo de Relate UK, una organización que lleva 70 años ofreciendo apoyo a parejas.
"La asesoría puede ayudar a desarrollar la habilidad de comunicarte mejor", agrega.
Además, ofrece tres consejos. Y el primero es…
Pide que te aconsejen
El mero hecho de hablar con alguien que no forme parte de la relación puede ayudar.
Si no te gusta hablar mucho, trata de dibujar lo que sientes o piensas.
Prográmate
Aparta un tiempo cada semana para ‘comunicación de pareja’. Establece reglas básicas. No interrumpas ni des soluciones, más bien
empatiza con tu pareja.
Busca soluciones
Si avances amorosos de tu pareja te dejan frío, podrías estar albergando ira y resentimiento acumulado.
En lugar de evitar este aspecto de su relación, habla de tus sentimientos.