Cuando se es joven la vida sexual puede que sea mínima y casi nula, pero en esta etapa de la vida no representa ningún riesgo que el sexo sea escaso.
El problema radica en la adultez cuando los periodos sin practicarlo genera riesgos tanto físicos como mentales.
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Dejar de tener sexo aumenta las posibilidades de padecer un ataque cardiaco y una muerte súbita.
Además de eso, te presentamos algunas de las consecuencias:
– Pierdes el deseo, ya que tu cuerpo produce menos hormonas.
– El corazón pierde su estado físico, pues el sexo es una de los mejores ejercicios vasculares.
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– Empeoran algunas funciones cerebrales, ya que los encuentros íntimos aumenta la segregación de hormonas, las que intervienen en el estado de animo, la memoria y atención.
– Aumentan el mal humor y el estrés, además de eso empiezas a padecer de malestares físicos, ya que practicarlo genera anticuerpos.