En este momento se activan cuatro zonas del cerebro, dos en el corte cerebral y dos en el área primitiva que liberan sustancias químicas como la dopamina, oxitocina, adrenalina y vasopresina. Son esas las que desatan la necesidad de un beso.
El primero es generado por la liberación de la testosterona, hormona masculina que genera la búsqueda de una o más personas para relacionarse. La segunda es ocasionada por la actividad intensa de la dopamina y la última se relaciona con la oxitocina, hormona materna que produce un vínculo.
Por eso más del 90% de la población mundial se expresa a través del beso, incluso los rinocerontes y lobos marinos se lamen el hocico como señal de afecto.