Sin embargo hay unos parámetros que todo conquistador o conquistador debe seguir para lograr el ansiado objetivo.
Por ejemplo, puedes empezar con la mirada. Pero cuidado, debe ser una mirada penetrante directamente a sus ojos. Una mirada con la que puedas demostrar que hay algo en esa persona que realmente te atrae.
Si la persona se fija puedes responder con una sonrisa y si te sigue el juego, felicitaciones, haz logrado dar con éxito el primer paso.
Después de eso ocurrirán alguna de estas dos cosas. Que esa persona se acerque a ti o que te dé indicaciones de que seas tú el que debe ir a su encuentro.
Cuando haya iniciado la conversación procura que esta sea una muestra de tu interés por conocer a la persona. En ese instante no te adelantes a lo que podría ocurrir en las próximas horas, solo concentrate en el momento y en enfocar tu atención a quien deseas.
Después puedes interrumpir la conversación con la excusa de que tienes urgente por hacer. Esto desorienta a la persona y le dice que debe tener cuidado y la hará pensar si hizo algo que te haya incomodado.
Puedes alejarte pero no pierdas el interés y sigue demostrando ganas de conversar con esa persona.
Si lograste despertar esa curiosidad en la persona por continuar la charla las cosas se darán para que se vuelvan a juntar, por ejemplo, con unas miradas o un asentamiento de cabeza.
Si quieres pasar el resto del tiempo con su compañía quédate, pero si quieres algo serio es mejor que te vayas.
Si te interesa esa persona no simplemente para pasar una noche debes despertar las ganas de volverse a ver. Si quieres que se algo serio no lo des todo en la primera cita.
Intercambien teléfonos y comuníquense despúes. No te preocupes, se volverán a encontrar… ¡ya encendiste la llama!