Esta enfermera se encontraba atendiendo a los pacientes de un centro de salud.
Cuando llego el momento de llamar al siguiente paciente, parece que alguien se fue de bromista y anotó un nombre muy peculiar, Elver galarga.
La gente al ver que la enfermera no para de gritar el nombre no deja de reír, hasta ella cuando cae en cuenta de la broma que estaba sufriendo, fue víctima de un ataque de risa.
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