Fueron 31 años los que esperó el país para recibir nuevamente a un papa. En el segundo día en Colombia, él estuvo en la Casa de Nariño, envió un mensaje a los jóvenes desde el Balcón de los papas donde tomó temas de diversidad e incluyó los deportes.
Estuvo en la Catedral Primada donde ofreció una ofrenda a la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, firmó el libro de visitantes ilustres de la misma iglesia.
Hizo un llamado a los obispos para que tengan un alma limpia siempre y realizó una emotiva eucaristía de dos horas en el Parque Simón Bolívar al cual asistieron más de 1’300.000 personas. Allí expresó: «Colombia es mar abierto para la vida» e hizo llamado al vencimiento de la injusticia y una búsqueda de la paz.
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