Aunque en público siga proyectando la misma energía y el carácter apasionado que la han convertido en uno de los rostros más queridos de la pequeña pantalla estadounidense, lo cierto es que ahora Sofía Vergara presume abiertamente de la calma con la que afronta cualquier situación de su vida cotidiana y, sobre todo, del hecho de que su nueva actitud ante lo que le rodea no deja de ser una consecuencia natural de su idílico matrimonio con el apuesto Joe Manganiello.
«Joe es una persona muy espiritual y sabe cómo lidiar con cualquier cosa sin alterarse y de forma racional. Yo le llamo mi monje hindú porque no deja que nada le perturbe, mientras que yo reaccionó con un ‘Ahhhh’ [en referencia a sus gritos de nerviosismo] ante todo«, reveló la protagonista de ‘Modern Family‘ a la edición estadounidense de la revista ¡Hola!, antes de explicar que, además de haberle transmitido un enfoque más constructivo con el que afrontar los contratiempos, también le ha enseñado a aprovechar al máximo las bondades de la meditación.
«Gracias a Dios que Joe me ha enseñado a meditar… Pero en general tenerle en mi vida me ha aportado mucha paz y una profunda calma«, aseguró en la misma conversación.
Antes de que la estrella colombiana aprendiera a controlar mejor su temperamento y su tendencia a preocuparse en exceso, la famosa pareja vivía en su ámbito más íntimo toda clase de malentendidos que ponían claramente de manifiesto las diferencias de carácter que, al menos a la hora de asimilar los imprevistos, separaban a los dos intérpretes.
«Un día llegué y me le encontré tapándose la cara con las manos y me dije: ‘Ay Dios mío’. No me di cuenta de que estaba sonriendo y en seguida le pregunté: ‘Ay ¿pero qué ha pasado? ¿Quién se ha muerto?’. Me contestó inmediatamente con un: ‘No, no, no te preocupes, es solo que me han dado un papel en esta película de la que te hablé’. Empezó a reírse y yo me volví loca«, relató a modo de ejemplo.
Eso sí, los dos intérpretes han compartido siempre un sentido del humor similar y una mentalidad que les lleva a disfrutar al máximo del lado más hedonista de la vida, como han demostrado en numerosas ocasiones con su tendencia a organizar en casa todo tipo de fiestas y encuentros multitudinarios.
«Es un tipo muy divertido y, de hecho, el humor siempre ha jugado un papel muy importante en nuestra relación. A veces nos pasamos horas hablando el uno con el otro con esta voz aguda que nos hemos inventado, como dos estúpidos. Nos llevamos muy bien, tratamos de no tomarnos demasiado en serio y concretamente Joe nunca está de mal humor, nunca. A veces yo también soy así, o al menos no trato de angustiarme por aquello que no puedo cambiar«, reflexionó.
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