A cambio, ellos deberán pagar un precio de más de cinco mil dólares por el simpático autómata, cuyo diseño recuerda al de un pingüino de peluche.
En realidad, el objetivo de Lovot es sacar a relucir el lado más compasivo y afectuoso de quienes interactúan con él gracias a su sistema de Inteligencia Artificial capaz de responder a estímulos externos -desde ruidos al contacto humano o las imágenes que graba a través de la cámara situada en la parte superior de su cabeza- para ayudarle a cumplir su objetivo último: hacer felices a las personas que se encuentran a su alrededor con su carácter inocente y su adorable aspecto. En la práctica, es capaz de reclamar atención, quedarse dormido mientras le acunan, seguir a sus ‘cuidadores’ como si de una mascota se tratara o asustarse ante la presencia de desconocidos.
(Mire también: ¡Gracias Dios! Por fin un medicamento que no deja que engordemos así comamos lo que sea)
Aunque no haya sido creado para desempeñar una labor concreta como otros productos de la misma compañía, responsable de crear robots limpiadores como Pepper o el primer robot capaz de oficiar un funeral, Lovot puede ayudar en el día a día vigilando a los más pequeños mientras juegan con él o a los animales de compañía, además de alertar cuando alguien entra en la casa.
Los interesados en hacerse con este curioso compañero deberán esperar hasta el año que viene, cuando está previsto que se ponga a la venta.