Sin embargo, como se desprende ahora del nuevo informe que ha emitido esta organización internacional -resultado de una exhaustiva investigación encargada por la misma-, las cifras que se manejan al respecto son mucho más concretas y, de hecho, se cuantifican en 75 millones los empleos humanos que podrían perderse a causa de la aparentemente imparable irrupción de avanzados autómatas a partir del año 2022.
La nota positiva que deja el citado estudio hace referencia, por otra parte, a la posibilidad de que estos mismos dispositivos puedan contribuir de forma indirecta -en este caso las predicciones no cuentan con el mismo grado de fundamento- a la creación de unos 135 millones de nuevos empleos asociados al mantenimiento de las máquinas, así como a un «notable incremento», dicen sus autores, de la productividad de aquellos empleos que, al menos de momento, se encuentran exclusivamente en manos humanas.