Lo increíble del caso, fue la “sagacidad” del pequeño para “escapar” de sus captores, ya que la versión del niño fue que había huido del lugar donde estaba supuestamente secuestrado, ya que la mujer y el hombre que horas antes lo había metido a una camioneta, estaban distraídos con sus teléfonos celulares.
Sin embargo y para las autoridades de dicha ciudad comenzaron a dudar de la declaración del joven por ciertas inconsistencias, entonces al hacer preguntas de rigor el pequeño terminó confesando que había inventado la historia para evitar hacer sus tareas escolares.
Entre las pesquisas hechas por la policía, encontraron en las cercanías de la escuela en la que estudia el niño su morral, donde efectivamente tenía todos sus cuadernos, pero con sus tareas incompletas.