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Jeremiah Pollock es el nombre de este particular joven, quien decidió acompañar a su abuela en el hospital al enterarse que tenía un cáncer que se le había regado al estómago, los pulmones y las piernas y que ya no había nada que hacer.
El joven pidió que se llevaran a la mujer para su casa para que pudiera vivir sus últimos días de vida de forma tranquila, alejada de la angustia de los hospitales y de las múltiples intervenciones que en lugar de sanarla, la torturaban más.
Ya en su hogar, los dos se pusieron a fumar un porro a modo de despedida, y para darle a la abuela un momento de paz y tranquilidad. Ella era la última familia que le quedaba al joven, el cual manifestó que a pesar de sentirse triste por su partida, está feliz por compartir ese momento con ella.