Sin duda uno de los papeles par recordaros y significativos en la carrera de Danna García como actriz fue el de Norma Elizondo, una de las hermanas Elizondo en la exitosa novela Pasión de Gavilanes, pues eso pensaron quienes vieron la producción, pero la realidad fue otra.
Danna confesó que en un principio los protagonistas de la novel eran seis: las hermanas Elizondo y los hermanos Reyes, sin embargo uno de los personajes tomó la delantera y empezó a robarse el show, algo no que habían planteado desde un comienzo.
“Yo no era la protagonista, yo no me sentía así. Creo que no nos la habían vendido así. Nos la habían vendido a todos como que éramos seis protagonistas. Ese era el tema, y creo que ese fue parte del problema de que yo no encajara bien, porque cuando empiezan los personajes de Mario y mío a ser como que en la historia un poquito más protagonistas, pues eso no cayó muy bien. No era culpa mía, pero terminas cargando el marrón, como dicen en España. Pero eso no fue una decisión mía, no tenía nada que ver. Yo llegué de última”.
La actriz habló sobre lo que pensaba de sus colegas en detrás de cámaras:
“Tal vez, no eran muy conscientes, o la gente no sabía, o mis compañeras no sabían, que yo no tenía ningún interés profesional. Yo no estaba buscando ni triunfar ni ser la reina de las novelas, ni sobresalir, porque mi corazón estaba todavía en una transición de lo que yo venía de vivir de mi vida personal, que era mi prioridad”.
En aquel entonces Danna enfrentaba su separación y a la vez el divorcio de sus padres por esta razón, aunque quería que sus compañeros fueran su familia, pues al parecer no lo consiguió:
“Yo estaba muy sola. No encontré una familia en ‘Gavilanes’. Encontré un freno de mano, y no me daba mucha cuenta de este distanciamiento que estaba generando. Yo era introvertida, yo no soy la más fiestera… Cuando eres diferente y además hay alguien que se encarga de poner a los demás en contra tuya… Y yo me doy cuenta tarde, me doy cuenta a mitad de la novela. Yo la estaba pasando muy mal. Tal vez, todo éramos… era otro momento, era otra etapa. Yo no quiero juzgar a nadie. Pero había una persona que ya era grandecita como para entender lo que estaba haciendo, de más de 40 años”