Usualmente cuando oramos le pedimos a Dios por lo que necesitamos. Ya sea por un trabajo, por dinero, solucionar un problema o algo más, pero pocas veces le agradecemos lo que nos da.
En ocasiones nos ocurren tantas cosas buenas que nos olvidamos agradecerle a Dios que es a quien se las debemos. Es por esto que, siempre es bueno orar, aunque las cosas vayan bien.
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