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La joven iba de regreso para su casa, mientras ocurría la movilización, y le mandó un mensaje de voz a su papá para avisarle que iba en camino, sin embargo, fue capturada de forma arbitraria, en donde fue subida a una patrulla junto a varios hombre, y violaron varios de sus derechos como ciudadana.
«Yo trabajo en la zona de Ventura-Terreros. Ese día estaba lloviendo muy duro, entonces salí a las 4:45 y a esa hora le dejé un mensaje a mi papá. Pasé por el puente de la Avenida Terreros cuando estaban unos movilizados y la tanqueta del Esmad. Lo que hice fue llamar a mi papi y le dije que me tocaba irme caminando porque la avenida estaba trancada. Cuando pasé, me acerqué a una panadería, lanzaron gas lacrimógeno y empezó la protesta. Nos evacuaron y como me vieron corriendo, pensaron que era una de las personas que estaba arrojando piedras», relató la joven.
Acto seguido, una patrullera la toma bruscamente del brazo e intentó explicarle que ella acababa de salir de su trabajo. Sin embargo, es retenida por varios hombres.
«Me subieron a la patrulla con varios hombres. Ahí llamé a mis papás y les dije que no sabían para donde me llevaban. Empezaron a dar vueltas en la patrulla por el sector, y nos pidieron que apagáramos celulares, que no podíamos decir nada. Nunca lo apagué y les dije a mis papás que estaba en la estación de policía, sin embargo, ellos decían que yo no estaba ahí», expresó.
«Yo le tengo mucho respeto a las autoridades porque mi tío es policía, nunca me he ido en contra de ellos, pero tengo mucha impotencia porque lo que viví ahí fue horrible, y más para las mujeres. Luego, nos abrieron cargos por obstrucción a la vía y daños a bien público», concluyó.