De acuerdo con la información, los policías acudieron al domicilio de la mujer identificada como Sarah Elizabeth Jay y descubrieron que había muerto.
«Llegamos al lugar a las 12:15 y vimos moscas en la ventana de la planta baja y un perro saltando. Había un fuerte olor a muerte. Forcé la entrada y la agente Bell entró primero. Se dio la vuelta y dijo ‘es un esqueleto'», revelaron las autoridades sobre el descubrimiento del cadáver de la mujer, que vivía con tres perros y un gato.
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Las autoridades aseguraron que la mujer estaba en un estado de descomposición bastante avanzado y manifestaron que «era evidente que algunas partes habían sido devoradas por sus mascotas».
Según contó la hija de Jay, la mujer, una entrenadora personal jubilada, padecía una enfermedad degenerativa que le obligaba tomar morfina para calmar el dolor.