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El candidato asegura que, a pesar de haber llegado a la campaña con el apoyo de 1,2 millones de firmas, se encontró «un ambiente polarizado y lleno de odios; y dividido entre ‘buenos y malos’ y entre ‘malos y buenos’, dependiendo del extremo que juzga».
«Están acabando con la riqueza de la diferencia y legitimando la intolerancia como un mal estilo de hacer política», aseguró en un comunicado, en el que denuncia que «existe una estrategia oculta para desaparecer a los que no sean extremos».
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Además, su campaña se vio empañada cuando el líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, le nombró en un video de 2011 que se hizo público diciendo que recibió ayudas ilícitas para su campaña a la Alcaldía de Medellín. Además, dijo que era cercano al narco extraditado a EE.UU. Henry de Jesús López, alias ‘Mi Sangre’.
Los hechos han sido negados por el ahora ya excandidato y tampoco han sido probados ni existen acusaciones formales en su contra.
Por EFE