Así son las habitaciones a 5.000 pesos en Bogotá: “Una casa de terror”
Las imágenes son impactantes. Los colchones son remendados y “se puede encontrar de todo”.
Los ‘paga diarios’ no solo se refieren a aquellas personas que realizan préstamos y que se les paga cada día, sino también a los ‘hoteles’ o residencias que ofrecen el servicio de habitaciones a un costo demasiado bajo: de $5.000 a $10.000 pesos.
Estos lugares son casas en las que algunas personas arriendan habitaciones para que las personas eviten dormir en la calle. Juan Diego Alvira y su equipo periodístico de su programa ‘Sin Carreta’ fueron a San Bernardo, uno de los sectores más peligrosos de Bogotá, donde se encuentran muchos ‘paga diarios’.
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Según indició el reportero, se calcula que en Bogotá, hay alrededor de 6.500 inquilinatos, en 18 localidades de la ciudad. Estas habitaciones tienen condiciones precarias: colchones remendados con sábanas, colchonetas y espacios demasiado reducidos.
“Es una casa de terror”, dijo uno de los residentes entrevistados. “Porque se ven delincuentes, se ven de todo”, agregó.
Las personas que pagan este tipo de habitaciones son pobres. Aunque las condiciones no son las mejores, sí es el mejor precio para ellos.
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“Mejor para pagar uno, porque paga diario y sabe que diario tiene su piecita fija”, dijo otra usuaria en el programa ya mencionado.
Las autoridades señalan que en estos ‘paga diarios’ residen generalmente personas habitantes de calle, venezolanos y personas de la tercera edad.
“Es una situación muy crítica. Están concentrados en el centro de la ciudad, principalmente. Allí se presentan problemáticas como violencia intrafamiliar, problemas de insalubridad, hacinamiento y es una población pobre y vulnerable. Pero se ha incrementado mucho más con la llegada masiva de ciudadanos venezolanos a nuestro país”, explica Alejandra Maldonado, funcionaria del distrito.
Algo que preocupa mucho a las autoridades locales es que en los ‘paga diarios’ también duermen delincuentes y criminales. Asimismo, hay otras problemáticas que ponen en riesgo la vida y bienestar de las personas que pueden residir en estos espacios.
“Infortunadamente, como hay población vulnerable, también algunos actores criminales, utilizan esta modalidad de techo para evadir la acción policial (…) Entonces allí también tenemos explotación de menores, trata de personas, microtráfico y delincuentes que se esconden en estos sitios”, explica Diego Fernando Herrera, alcalde de la localidad de Santafé.