La triste historia de Roma, una cerdita que fue entregada en adopción, pero que fue el alimento en un asado, ha causado todo tipo de comentarios en redes sociales donde se ha viralizado, pero además entre fundaciones animalistas.
El caso ocurrió en Argentina, cuando una pareja empezó a ver que Roma creció bastante y su casa ya no era apta para tenerla, así que buscando lo mejor para ella empezaron a buscar a quien la pudiera recibir para darle amor y cuidados.
En su búsqueda, dieron con el amigo de un conocido que presentó su familia y mostró fotos del amplio lugar donde Roma estaría mejor, sin embargo, faltó a su promesa y al poco tiempo cuando Mariela, quien era su dueña, pedía información de su cerdita, solo recibía evasiones.
Mira también: Con tierna fotografía, Marc Anthony reveló que ya es “abuelo” por parte de su minipig
Luego esta se enteró que Roma ya no estaba viva, lo que hizo despertar su denuncia en diferentes grupos, hasta llegar a voces de animalistas que hablaron a medios de comunicación del país.
La minipig fue comprada para vivir y ser animal de compañía, pero lo que muchos no saben cuando compran estos cerditos es que pueden llegar a los 100 kilos, aumentando sus necesidades en espacio y comida.
¿Qué habría pasado?
Mariela y su familia le abrieron un espacio a Roma, así que solo querían su bienestar, a pesar del apego emocional que ya tenían. A través del diario ‘La Nación’, Fernando Pieroni, presidente de la Fundación Planeta Vivo, amplió la denuncia.
“Tras varias conversaciones deciden entregársela. La persona fue a buscarla y se saca la foto con la cerdita que está dando vueltas en las redes”, contó.
El hombre manejó una fachada perfecta ya que tomó selfis con el animal y manifestó su supuesta alegría.
Pieroni siguió relatando que al parecer la cerdita rompió un corral y la persona que la adoptó decidió que no podía tenerla más. Sin embargo, no dio aviso a Mariela y su familia, “lo que hizo fue dársela a un vecino para que la mate y la ‘carnee’ con la condición de que le dé un pedazo a él para comerla”.
Mariela intentó recibir más señales de que Roma estaba bien, pero tras varias evasiones del tema, el hombre le respondió “la chancha está en otro plano”.
