Debido a la constante exposición a la comida, los hornos pueden convertirse en una caja de malos olores que, con el tiempo, se tornan incómodos y difíciles de eliminar.
Lo ideal es que cada dos o tres veces al mes se realice una limpieza profunda del horno microondas. Para eliminar toda la suciedad de forma rápida, se recomienda utilizar bicarbonato de sodio y vinagre blanco.
En un recipiente mediano mezcle media taza de agua tibia y un cuarto de taza de vinagre blanco y agregue una o dos cucharadas de bicarbonato.
Tome un trapo limpio y mójelo con el líquido. Con el trapo húmedo, limpie el microondas por dentro y por fuera con movimientos circulares.
Aunque todos los días se limpie, muchas veces suelen quedar impregnados en el horno microondas, olores indeseables que, con el paso de tiempo, pueden volverse muy incómodos y molestos.
Por esta razón, se deberá utilizar más que jabón y agua para acabar con esos olores. Le explicamos, paso a paso, lo que debe hacer para que su microondas siempre huela bien, con ingredientes que tiene en su cocina.
•Exprima el jugo de dos o tres limones y agregue al plato. También puede cortar la mitad de un limón y colocarla entera en el agua.
•Cierre el microondas y colóquelo a funcionar entre 3 a 4 minutos. Esté pendiente y cuando vea que el agua se ha comenzado a evaporar, deténgalo.
•Déjelo cerrado alrededor de 20 minutos, luego retire el recipiente y limpie la humedad con un papel absorbente
El vapor del vinagre y el agua ayudará a eliminar la suciedad difícil de quitar y además se llevará los malos olores. El limón, por su parte, le dará un toque fresco, dejando su horno microondas como nuevo.
Un truco adicional es que puede cambiar el limón por cualquier ingrediente de su preferencia. Puede reemplazarlo con café molido, clavos de olor, extracto de vainilla o algún aceite aromático como el de lavanda.
Una forma de evitar que este electrodoméstico guarde olores desagradables es no dejando secar las salpicaduras y derrames de comida. Por lo que se recomienda, después de cada uso, pasar un papel absorbente o un trapo húmedo para quitar cualquier rastro de comida.
Asimismo, después de usarlo se recomienda dejar la puerta abierta unos minutos para que salga todo el vapor de la comida que se calentó y que pueda ventilarse.
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