Cerca de 17.500 personas murieron y 69.000 resultaron heridas, luego del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió a Turquía y Siria, el pasado lunes 6 de febrero.
Cientos de familias perdieron sus viviendas a causa del colapso de los edificios. Pese a que las perdidas materiales sin duda son bastante altas, no hay ni que decir de las vidas humanas que se perdieron en medio de la catástrofe. Miles de familias quedaron incompletas a causa de la desaparición de varios de sus allegados bajo los escombros.
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Uno de los casos más estremecedores y el cual le ha dado la vuelta al mundo es el de un hombre que perdió a su hija de 15 años bajo las ruinas de un edificio. Un fotógrafo de la AFP fue el autor de una de las imágenes que más impacto ha causado en todas las personas alrededor del mundo.
En la imagen se logra ver a Mesut Hancer, un padre que sostiene la mano de su hija Irmak, quien murió en el medio del terremoto en la ciudad de Kahramenmaras. Las instantáneas muestran el cuerpo de la joven yace bajo las ruinas y dos bloques de hormigón.
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La dramática escena muestra que la menor reposaba en su cama durante la tragedia, parte de la cama y el colchón quedó al descubierto y su brazo izquierdo fue la única parte de su cuerpo que sobresalía. El hombre quien refleja una mirada perdida y un rostro serio, permanece sentado al lado del cuerpo de su hija y se niega a soltarla de la mano.
Esta dramática foto logró dar la vuelta al mundo en muy poco tiempo y causar conmoción por la desgarradora historia que refleja.
Así como Mesut Hancer, miles de personas lamentan hoy la pérdida de sus seres queridos en medio de este terremoto, que según las fuentes oficiales, es el más catastrófico registrado en las últimas décadas.
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Para este momento las autoridades y los diferentes organismos de socorro trabajan fuertemente en la búsqueda de más sobrevivientes bajo los escombros. La ciudad de Kahramanmaras, en el suroeste de Turquía, fue una de las más afectadas por la tragedia, decenas de edificios y casas colapsaron ante la brusquedad del terremoto. Sin embargo, los rescatistas no descansan intentando salvar a aquellos que quedaron atrapados en las ruinas, aunque sus labores se han visto obstaculizadas por el intenso frío que azota a la región, el cual registra temperaturas bajo los cero grados centígrados, y el riesgo que muchos corren de padecer de hipotermia.
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