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Desgarrador relato de hombre que perdió a su esposa por avalancha en Quetame

El hombre contó que su esposa le contaba por chats todo lo que iba ocurriendo sobre la avalancha en Quetame, pero de repente, dejó de escribirle.

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Avalancha Quetame _ Foto_ Policía - captura video Noticias Caracol
Con un mar de lodo hasta las rodillas y entre muebles y vehículos arrastrados por el barro, familiares de las víctimas de la avalancha que arrasó el caserío de Naranjal, en el pueblo de Quetame, Cundinamarca, buscan desesperadamente a los desaparecidos con la esperanza de encontrarlos vivos.

Horas después de la tragedia habían sido hallados 15 cuerpos sin vida, entre ellos varios niños, así como media docena de heridos, mientras sigue la búsqueda de desaparecidos, cuyo número nadie sabe decir con precisión.

Julián Romero, residente en el vecino sector de Limoncitos, camina de un lado para otro tratando de encontrar a su cuñada, de 26 años, y a su sobrino de 6, y afirma: «Unos dicen que sí están fallecidos y otros dicen que no lo están».

Ambos vivían junto a su hermano en la vereda Naranjal, devastada por las fuertes lluvias que provocaron el desbordamiento de dos quebradas afluentes del río Negro en la madrugada de este martes.

Cuando le preguntan que si pretende llegar hasta el epicentro de la emergencia, pese al riesgo de colapso de la zona por la persistencia de las precipitaciones, su respuesta es clara: debe ir a ayudar «al chino», en referencia a su hermano Pedro, esposo y padre de los desaparecidos.

«Anoche lo llamaron (a Pedro) porque él es celador del puente Chirajara (viaducto que se desplomó en enero de 2018 por errores en el diseño). Le dijeron que había crecido la quebrada y que el lodo la había cogido y tapado», cuenta a EFE Romero.

LAS PÉRDIDAS

Según los datos de la Alcaldía de Quetame, «son 20 (las) viviendas desaparecidas» bajo el lodo que dejó la avalancha, en esta comunidad que, en palabras del director general de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), Olmedo López, no debería volver a habitarse.

Las autoridades también informaron que el alud se llevó consigo un puente, lo que provocó el cierre de la carretera que conecta Bogotá con Villavicencio, capital del departamento del Meta y una de las principales despensas agrícolas del país.

De los tres menores de edad reportados como fallecidos en el desastre, se confirmó el deceso de Stefy Carolina Viracachá, promesa del patinaje de la Escuela de Formación del municipio de Guayabetal cuya muerte a los 13 años lamentó la Liga de Patinaje de Cundinamarca, según la cual la joven deportista perdió la vida «junto con varios miembros de su familia».

Asimismo, el director de la Policía, general William René Salamanca, confirmó la muerte de «varios familiares» de la capitán Lizbeth Herrera, a quien trasladó sus condolencias.

Según medios locales, la oficial perdió a sus padres, un hermano y un tío en la tragedia.

HOMBRE PERDIÓ A SU ESPOSA

En medio de la tragedia, también se conoció la historia de Arley Castro, un hombre que perdió a su esposa y, posiblemente a su suegra tras la avalancha.

El hombre dio detalles de lo que les ocurrió a sus allegados en una entrevista que concedió a Noticias Caracol, en donde contó que su pareja le iba contando todo por chat.

Ella decía “que la quebrada estaba crecida, pero que estaba normal. Como aquí se crecía tan seguido, siempre que llueve se crece y se escucha duro, pues era un tema normal para ellos”. Sin embargo, “dejó de contestarme los WhatsApp y fue cuando me llamaron a decirme que había sucedido la avalancha”.

Después, contó que subió “a pie” hasta el lugar, donde se encontró con “esa tragedia”.

Sobre su suegra, no se ha confirmado si también falleció o sigue entre los desaparecidos, pero Arley cree que le pasó lo mismo que a su esposa.

“Yo creería que también ya falleció. Se guarda una luz de esperanza, pero con esta catástrofe no creo que haya sobrevivientes”, dijo.

Pese a los ocurrido con los familiares, Castro resalta su felicidad por haber encontrado a una de sus mascotas, quien le da consuelo.

“Nos lo encontramos, no sé si es una luz de esperanza o qué será. En medio de una tragedia como estas, que un animalito de estos se salve, ya da mucho de qué hablar”.

Mientras los perros entrenados para la búsqueda y rescate de víctimas y supervivientes se abren camino entre los escombros, los comerciantes de la zona cargan sobre sus hombros los pocos enseres que pudieron rescatar de sus negocios en medio de la destrucción.

Para atender la emergencia llegaron al lugar la Brigada de Atención y Prevención de Desastres del Ejército, así como la UNGRD que lidera las labores de búsqueda de los desaparecidos.

EFE/ Redacción digital Tropicana

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