En diciembre del año 2012 Millonarios, tras una sequía de 24 años sin conquistar ningún título de liga, finalmente pudo coronarse campeón ante el Deportivo Independiente Medellín. Aquel equipo dirigido por Hernán Torres pudo vencer desde el punto del penal al ‘Poderoso de la Montaña’ de esa manera alcanzó la estrella 14 de su historia.
Sin embargo, tras esa importante gesta, uno de los grandes héroes fue el arquero cucuteño Luis Delgado, encargado de tapar el penal definitivo a Andrés Correa para hacer estallar el estadio El Campín de júbilo.
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Luis Delgado afrontó ese glorioso momento en medio un suplicio y es que, su esposa y madre de su hijo Matías, Tatiana García, padecía cáncer de seno. Como símbolo de amor y empatía, el exarquero de Millonarios se rapó la cabeza y dedicó uno de los campeonatos más celebrados del cuadro bogotano a su esposa Tatiana.
Tatiana García falleció en 2018 tras 6 largos años de lucha contra el cáncer. Luis Delgado continuó su vida y se tatuó un mensaje que de su hijo en el que también tenía como un ángel de la guarda a su esposa.
Esta historia es una de las conmovedoras cuando se habla sobre los ídolos de Millonarios, como también lo fue el cáncer que afrontó el técnico Miguel Ángel Russo en 2017, el cual le dio la estrella 15 al cuadro albiazul.
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Pues bien, luego de 11 años de ese año lleno de contrastes, Delgado contó en sus redes sociales cómo fue el momento en el que le contó a su hijo Matías sobre la muerte de su madre.
«Ese día Tatiana estaba de cumpleaños, era 31 de mayo. Llegamos allá, compartimos allá, partimos una torta. Matías tuvo la posiboilidad de estar con ella. Yo tuve la posibilidad de llegar en la noche a acompañarlo, a acostarme con él, a contarle del proceso del día y esa noche nos acostamos a dormir. Él se queda dormido primero y yo le hago ese video. Para mí era muy difícil verlo en esa situación. Como a eso de las 12 de la noche me levanta mi mamá y me dice: Tati falleció, tienes que irte para la clínica. Mati se dio cuenta que me estaba cambiando y me dijo que para dónde iba. Yo le dije que tenía que salir a la clínica un momento. Yo no me aguanté, entré a la habitación, me coloqué mi pantaloneta y me acuesto encima de él y le cogí los dos brazos. Él se levanta, me mira y le dije: Mati, la mami falleció. Él abre sus ojos y empeiza a llorar», contó el exportero albiazul.
