Aunque con todas las cebollas pasa, la que más hace lagrimear en la cocina es la cebolla cabezona, que además tiene beneficios en su cáscara que poco se aprovechan.
La explicación científica de lo que produce este ingrediente es que la cebolla libera partículas azufradas cuando es picada, por lo que al entrar en contacto con el agua del alimento produce ácido sulfúrico; razón por la que el cerebro produce lágrimas para diluir la sustancia.
Una de las soluciones para esto, pero que se usa en su gran mayoría por chefs profesionales, es cortar lo más rápido posible ya que entre menos tiempo, menos lágrimas.
En TikTok suelen viralizarse diferentes trucos sencillos y para evitar llorar mientras se corta la cebolla, no es la excepción. El tip consiste en poner un papel de cocina o servilleta que haya sido mojada en su totalidad, esta debe poner al lado del ingrediente y listo.
¿Por qué funciona? El agua minimiza los efectos de las partículas que causan las lágrimas
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Al anterior consejo se le suman varios que también son populares en Colombia, uno de ellos es meter la cebolla en el congelador por lo menos por una hora antes de picar. De este modo, la temperatura evita que se desprendan las partículas irritantes.
Por otro lado, existe el truco de encender una vela y ponerla al lado de la tabla donde se realiza el corte. También varias imágenes, que causan gracia, es poner gafas de protección mientras se pica la cebolla.
Es importante tener en cuenta la forma correcta en la que se debe cortar la cebolla, pues no hacerlo causa más partículas azufradas.
– Para cortar en cubos:
• Quitar la primera capa y cortarla por la mitad
• Cortar la punta y partirla nuevamente por la mitad
• Hacer cortes a lo largo antes del final
• Picar rebanadas verticales para obtener cubos finos
– Para cortar julianas:
Se parte la cebolla a la mitad de forma horizontal, luego se corta cada mitad para lograr rebanadas delgadas
Esta hortaliza es rica en antioxidantes, como las quercetinas, que ayudan a proteger el cuerpo contra el daño causado por los radicales libres y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Además, la cebolla es una buena fuente de vitaminas C y B6, que fortalecen el sistema inmunológico y contribuyen al funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
Otro beneficio es su contenido en compuestos azufrados, como la aliína, que pueden tener efectos antiinflamatorios y cardiovasculares positivos. Asimismo, la cebolla es conocida por sus propiedades antibacterianas y antivirales, lo que puede ayudar a combatir infecciones y proteger la salud general.