Rafael Povedase convirtió en uno de los periodistas que ha ahondado en la macabra historia de Luis Alfredo Garavito, el asesino serial y abusador de menores que en la década del 90 dejó un saldo cercano a las 200 víctimas.
Poveda entrevistó al ‘Monstruo de Génova’ para el programa ‘Testigo Directo’, pero esto proporcionó las bases para dos libros compilatorios de su testimonio.
Garavito, quien se encuentra recluido en la cárcel la Tramacúa en Valledupar, le dio una extensa entrevista a su colega Kevin Pinzón y juntos se dieron a la tarea de relatar las historias del delincuente.
Rafael Poveda habla en los micrófonos de Tropicana para hablar de su experiencia al interior de la Tramacúa entrevistando a Garavito y de los libros que fueron presentados en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Durante la entrevista, los periodistas revelaron que el asesino de menores es admirado por los delitos que ha cometido, como ha sucedido en el caso de Ted Bundy o Jeffrey Dahmer.
“Garavito ha recibido cartas de muchos seguidores, gente que lo admira (…). Lo mismo pasa con asesinos como Luis Alfredo, igual pues no es menor es el asesino serial de pedofilia más grande que ha dado la humanidad”, indicó Pinzón.
En una ocasión, el asesino serial compartió la carta que le llegó de una mujer de Carolina del Norte, Estados Unidos.
“Era una chica que le decía que lo quería, que lo admiraba que quería algún día conocerlo, que por favor le respondiera la carta, incluso le envió un dibujo como de su mano”, agregó. Sin embargo, el reportero indicó que esto también puede ser una forma de recopilar información sobre su caso.
“Lo puse a consideración de expertos y me decían: Kevin ese ejercicio lo hace mucho el FBI”, puntualizó.
Por su parte, Rafael Poveda recordó la ocasión en que al preguntarle por el tema Garavito cambió su semblante.
“Se le alumbra la cara, se pone como contento, el ojo que siempre como de hielo, brilla y nos dice: sí, hay una chica en Carolina del Norte y alguien en España”, recordó el periodista. A pesar de ello, el delincuente volvió a retomar la compostura.
“Nos corroboró algo muy importante y es que él siempre tenía un libreto. Yo creo que su propósito principal era decir que es un hombre de Dios y que Dios lo ha perdonado”, indicó Poveda.
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