Según Andrea Calderón, profesora de Nutrición humana y Dietética de la Universidad Europea de Madrid, «el huevo es un alimento de origen animal y que la mayoría de las intoxicaciones alimentarias proceden de productos animales. En concreto, el mayor riesgo del huevo es la Salmonella spp».
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La Organización Mundial de la Salud señala que las principales fuentes de Salmonella son “alimentos contaminados de origen animal (principalmente huevos, carne, aves de corral y leche), aunque también hay otros alimentos que se han vinculado a la transmisión, como por ejemplo las hortalizas contaminadas por estiércol.”
Las gallinas son unas de las principales portadoras, y, cuando están en el proceso de expulsar un huevo, pueden contaminar la cáscara. Otra forma en la que se puede esparcir la salmonella es cuando los manipuladores de los alimentos tocan un huevo que tiene la bacteria y luego el resto con las manos sin lavar.
La OMS reporta que en el planeta, 550 millones de personas adquieren la bacteria cada año, entre las cuales 220 millones son niños. Si esta enfermedad se propaga tanto, ¿cómo prevenirla en su hogar? ¿La solución es lavar los huevos?
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Cuando usted compra una cubeta de huevos, en muchas ocasiones lo primero que hace es lavarlos, esta práctica se volvió más recurrente en la pandemia. Sin embargo, lavarlos con agua podría llegar a ser contraproducente, pues la cáscara tiene poros pequeños que dejan entrar microorganismos y humedad.
Lo que sucede cuando lava los huevos, es que la presión del agua genera presión sobre la bacteria de la Salmonella, haciendo que esta atraviese las cámaras de aire de la cáscara, entrando en el huevo. Por eso, no se recomienda limpiarlos de esta manera. Lo más recomendable es lavarlos en un recipiente lleno de agua antes de cocinarlos, ya que el calor puede eliminar cualquier suciedad. O en su debido caso, si quiere desinfectarlos, apenas los compre, puede humedecer una toalla con vinagre y frotarlos.
Recuerde que ver la fecha de caducidad e identificar el estado de los huevos es importante, por eso, también puede usar la técnica del vaso con agua para ver si están podridos o no.
Definitivamente, nadie está exento de contraer en algún momento Salmonella. Hay ocasiones en las que tal vez una mala desinfección o preparación del huevo, podría causar una intoxicación. Los síntomas que podría presentar a causa de la bacteria son:
Esta enfermedad tiende a tomar efectos después de 6-72 horas, y, usualmente, no genera síntomas graves. Sin embargo, en niños y ancianos sí hay una probabilidad de que se produzca deshidratación extrema, poniendo en riesgo la vida.
Recuerde usar las formas correctas de limpiar sus alimentos, ya que por hacer más, a veces hace menos. Por otro lado no se deje engañar por mitos y verdades de pasillo; hay bacterias como la Salmonella que no se ven pero son peligrosas, mientras que hay otras señales y manchas que aparecen en los huevos que no afectan su consumo.
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