Las despedidas siempre son dolorosas. Irse a otro país dejando atrás a los amigos, la familia y todo donde se creció y se vivieron los mejores momentos no es una decisión fácil. Más cuando se trata de pasiones tan entrañables como el fútbol.
Bien dicen por ahí que el fútbol es una especie de tradición, en la que los padres aficionados a este deporte buscan inculcarles a sus hijos ese mismo amor y aun más por el equipo del cual es fanático.
Uno de los momentos que, sin importar el color de la camiseta, marcan la vida de un aficionado al fútbol es cuando se visita por primera vez el estadio para observar un partido del equipo amado. Es una sensación única y es así como muchas personas se vuelven hinchas de los equipos. Heredan la pasión de sus papás y, poco a poco, ese amor por los colores se convierte en una tradición.
Los Moreno se encontraban bastante afligidos porque, durante 3 años consecutivos fueron abonados, pero ahora le dicen adiós Millos para pensar en un futuro más próspero.
“Sensación de orgullo por estar con este equipo y tristeza por abandonar la cancha”, confesó Dylan en medio de lágrimas.
“Son sentimientos encontrados porque llevamos 3 años abonados, acompañándolo en las buenas y en las malas, y como yo le decía a mi hijo: llegó el momento de partir y abandonar tantas alegrías, tristezas junto a él. Pero es por un mejor futuro”, agregó Johan Moreno.
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