Para nadie es un secreto que la tecnología se ha convertido en una de las compañías de la vida cotidiana. Las personas utilizan su celular para diferentes acciones, desde que se levantan para apagar la alarma y durante todo el día para diferentes propósitos.
Mantenerse conectado es una de las preocupaciones de muchas personas a diario. Por eso, las aplicaciones y plataformas de mensajería cada vez más se han vuelto populares, al igual que las redes sociales.
Facebook, Instagram y WhatsApp son unas de las más utilizadas. Esta última, especialmente, la usan muchas personas para comunicarse a diario con sus familiares y amigos.
La comunicación a través de WhatsApp también se ha convertido en algo muy común en el ámbito laboral, debido a que es una aplicación que casi todo el mundo frecuenta. Por eso, algunas empresas la destinan para realizar sus actividades diarias y reportar diferentes tipos de informaciones.
Los grupos de WhatsApp son unas de las herramientas más utilizadas debido a que permite agregar personas y compartirles información. Teniendo en cuenta esto, muchos empleadores la destinan para trabajar con sus grupos.
Aunque esta aplicación es informal, pues los empleadores normalmente se comunican a través del correo corporativo, se ha convertido en una práctica común en muchas empresas.
El uso de WhatsApp puede convertirse, en ocasiones, en un dolor de cabeza para los empleadores. Así es el caso de un trabajador del sector de la hostelería, que trabajaba en el hospital Puerta del Mar de Cádiz, en España.
Según denuncia el hombre, fue despedido por abandonar el grupo de WhatsApp en el que la empresa enviaba los registros con los turnos de trabajo de los empleados y en el que controlaba otras actividades.
El hombre señala que su despido ocurrió porque él se negaba a recibir las notificaciones de le empresa en dicho grupo de WhatsApp. Él abandonó el grupo porque el empleador le exigía a los trabajadores que enviaran fotografías y videos de las acciones que hacían día a día.
La empresa presionó al trabajador para que volviera, pero él manifestó que no quería. La empresa no podía agregarlo sin su consentimiento y ante su negativa, fue despedido.
El hombre puso una denuncia ante el sindicato alegando que se vulneraban sus derechos como empleado. Hasta el momento no se han conocido novedades sobre su caso.
CARACOL S.A. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados.
