La nueva temporada de ‘La vuelta al mundo en 80 risas’, inició con pie derecho cautivando a millones de televidentes y quedándose con el rating nacional del prime time.
Dicho formato que ya lleva varios años consecutivos saliendo al aire reúne a los mejores comediantes del país y las modelos y presentadoras más cotizadas, quienes desde diferentes partes del mundo divierten con sus ocurrencias.
Para la temporada de este año, ‘La vuelta al mundo en 80 risas’ seguirá con Santiago Rodríguez como conductor, mientras que las parejas estarán conformadas por: Piroberta y Juan Diego Vanegas; Carolina Cruz y Don Jediondo; Jeringa y Jessica Cediel; Suso y Laura Tobón, Laura Acuña y Jhovanoty y Amanda Dudamel y Boyacoman.
A medida que avanza el programa, internautas cada vez se muestran más interesados por conocer qué pasó en cada uno de los viajes de los famosos y que no sale al aire en el programa.
Por lo anterior, en medio de la dinámica de preguntas y respuestas en Instagram internautas aprovecharon para preguntarle a una de sus integrantes pormenores del programa.
Se trató de la presentadora Laura Acuña,quien se estrenó en esta temporada como una de las nuevas integrantes del elenco.
En conversación con sus seguidores, le preguntaron qué fue lo más difícil de ‘La vuelta al mundo en 80 risas’, por lo que la bumanguesa no dudó en responder.
Fue entonces que la famosa aprovechó para sincerarse y contar lo que padeció, pero también disfrutó en medio de las grabaciones al otro lado del mundo, Japón.
“Yo creo que más que difícil era emocionante porque se trataba de la primera vez que estaba en este programa y obviamente no sabía nada, no sabía cómo funcionaba todo. Trasnochamos mucho y no comimos casi”, comenzó diciendo la presentadora.
La presentadora señaló que aunque para ella fue emocionante hacer parte de este, las jornadas eran largas y extenuantes, por lo que no contaban con mucho tiempo.
“Realmente no había tiempo porque las distancias dentro de Japón de un sitio a otro para hacer las notas eran muy largas, entonces casi que ni teníamos tiempo de comer. A veces eran jornadas muy largas, de seis de la mañana a doce la noche, durante más de una semana”.
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