Según indica la versión preliminar de los hechos, el religioso ingresó al local en compañía de otro hombre, pero a las pocas horas este abandonó el lugar.
La Policía y el CTI avanzan con la reconstrucción de la escena y la revisión de las cámaras de seguridad del establecimiento para esclarecer si el sujeto estaría implicado en su muerte.
Por su parte, Medicina Legal ya habría realizado los exámenes para determinar si le fue suministrada alguna sustancia que acabó con su vida. Según explicó el coronel José Miranda de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, a Noticias Caracol, el establecimiento notificó la presencia del cuerpo.
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“En el sector del barrio Laureles, en un establecimiento comercial donde informaron la presencia de una persona que había fallecido en este lugar. Luego de establecer las versiones preliminares, esta persona se encontraba en compañía de otro sujeto quien después de departir un tiempo determinado se va del lugar”, indicó Miranda.
Hasta el momento se desconoce la causa dela muerte del religioso, así como el rol que habría tenido el sujeto en el hecho. La comunidad lamenta la temprana partida de González, quien era formador del Seminario Misionero San José de la iglesia católica del barrio Robledo.
El sacerdote, originario de Córdoba, llevaba a cabo una destacada labor social en el noroccidente de Medellín. Por ello, la Parroquia El Santo Evangelio hizo una emotiva publicación para conmemorar su vida.
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“La parroquia El Santo Evangelio lamenta la muerte del padre Javier Eduardo González Pertuz. Hizo parte de la historia parroquial como seminarista, acólito y grupo juvenil. En ocasiones presidía sacramentos en este lugar. Un hombre alegre, sencillo y cercano. Oriundos de este barrio: nos unimos a su familia, en este momento pascual con la oración”, reza la publicación.
Los comentarios de los miembros de la comunidad lamentando su partida y destacando su labor no se hicieron esperar.
“Gran catequista y líder de nuestra parroquia”; “Dios lo tenga en su eterno descanso”; “Siempre lo recordaré por su amistad y cercanía. Que Dios lo tenga en su santo reino”; “Que en paz lo tenga el señor”, escribieron.
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