La inseguridad es uno de los temas que más preocupa a los residentes de Bogotá. Recientemente, se volvió tendencia un video en el que una pasajera de TransMilenio relató los escalofriantes momentos que vivió tras un intento de robo.
Lo que más tiene consternados a los internautas es la nueva modalidad de que están utilizando para robarle a las personas sus celulares: los acusan de ser ladrones.
“Hace dos días me encontraba en la estación Alcalá. Tomo el TransMilenio B72 y me ubico en la parte de atrás. Decido sacar mi celular para enviar un mensaje a un familiar con el que venía hablando. Mientras hablaba con esta persona, me percato que hay un sujeto que venía observando mi celular constantemente, por lo que decido guardar el celular dentro del brasier”, relató inicialmente la mujer que fue víctima de esta modalidad.
La joven relató que segundos después un hombre muy bien vestido, como si fuera de una oficina, la miraba fijamente, dice que tenía una mirada muy contundente. “Me generó miedo, pero no le quise prestar mucha atención”.
La víctima detalla que una de las mujeres de la banda criminal procedió a actuar como si alguien la hubiera robado. La señala y comienza a gritar que ella fue quien la robó (a la dueña del celular).
“Realmente no sabía lo que pasaba en este momento. Me giro hacia la supuesta víctima aclarándole que yo no había tomado nada. Cuando de un momento a otro, siento que agarran mi brazo, me ultraja, me empieza a empujar y a agredir verbalmente. Y a insistir en que tenía que devolverle el celular a la señora porque él vio el momento en el que yo lo saqué de la chaqueta y me lo guardé en el brasier”.
Luego, los ladrones comienzan a montar un teatro para hacerles creer a los demás pasajeros que la víctima robó el celular. Esto lo hacen diciendo las características que pudieron observar del dispositivo: color del forro, fondo de pantalla, etc.
“La persona vestida elegante como si trabajara en una oficina era quien más gritaba e incitaba a los pasajeros para que me lincharan”, cuenta la víctima.
En medio del escándalo y los gritos de las personas que estaban en el bus, el conductor se detuvo en una estación y bajaron a la víctima, a quien acusaban de ser victimaria.
Los demás pasajeros querían linchar a la víctima y la maltrataban verbalmente. Luego, llegaron dos policías, quienes le quitaron su propio celular, pero ella insistía en que la dejaran demostrar que era su celular.
La mujer policía que llegó al lugar le dio la oportunidad y la joven pudo describir las fotografías y demás elementos que estaban en su celular. Así pudo demostrar que no era victimaria sino víctima de esta banda criminal.
Cuando los policías se dieron cuenta de lo que pasaba, la mujer ladrona empezó a actuar como si delirara y tuviera problemas mentales. Luego, las autoridades la dejaron ir porque según no tenían pruebas de nada para acusarla.
“Entré en pánico, el miedo me invadía, porque más de que me robaran el celular, siempre temía por mi bienestar, porque en cualquier momento pensé que la gente me iba a agredir físicamente”, relató la joven, quien finalmente recuperó su celular.
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