Daniel Sancho confesó que asesinó y desmembró al médico colombiano Edwin Arrieta. Luego de que había negado que había cometido este terrible, crimen, les contó a las autoridades toda la verdad.
Edwin Arrieta era un médico cirujano cordobés, que había viajado a Tailandia para asistir a las Fiestas de Luna Llena. Según se conoce, había acordado con Daniel Sancho para viajar a este destino.
Ver también: Actor Rodolfo Sancho rompió silencio tras captura de su hijo por asesinato de colombiano
Los resultados de esta investigación han sido macabros. El joven detalló que duró tres horas para desmembrar el cadáver de Arrieta. Asimismo, señaló que él era «rehén» del médico y que el crimen cometido fue para ser libre.
Daniel Sancho está en la cárcel de Koh Samui (en el sur de Tailandia). Por el momento, se encuentra en prisión provisional. Podría ser trasladado a un penitenciario de máxima seguridad, según las decisiones de las autoridades tailandesas.
El confeso asesino se ha mostrado muy tranquilo al hablar del tema. Incluso, no ha ocultado su rostro al ser captado por las cámaras de los periodistas.
Te puede interesar: “Daniel Sancho desmembró a mi familia”: hermana del cirujano asesinado en Tailandia
Sin embargo, hay algo que llama mucha la atención y es el siguiente: las manos de Daniel Sancho siempre están cubiertas. En las imágenes de su captura y las que circulan en la prensa internacional, se observa que tiene un trapo fucsia o algunas fotografías son pixeladas en esa zona. También se le ha visto que usa su camiseta para cubrir sus extremidades. La pregunta que muchos se hacen es ¿Por qué lo hace?
Generalmente, algunos acusados y capturados prefieren cubrir su rostro, mientras que Sancho evita mostrar sus manos, las cuales están esposada.
Según explica el portal web El Correo, sería una petición que hizo Daniel Sancho.
«Lo que oculta bajo esa toalla roja o bajo su camiseta son las esposas. Más que las manos, Daniel Sancho oculta sus muñecas y los grilletes que las mantienen unidas. La televisión tailandesa también emborrona las imágenes en las que las esposas quedarían al descubierto. Se trata de algo inusual en España, donde habitualmente los detenidos optan directamente por ocultar su rostro ante los medios. Él por su parte no tiene reparos en ser filmado y ha atendido a varios periodistas en los días previos a su ingreso en prisión».
