El fenómeno de El Niño venía acechando a Colombia desde hace meses pero dio a conocer su cara más cruda en los últimos días con numerosos incendios forestales que intimidan a las principales ciudades del país y arrasan hectáreas de los más emblemáticos paisajes colombianos.
Bogotá también se ha visto acechada por los incendios y después de controlar uno en los cerros orientales, este miércoles se produjo otro en el cerro El Cable, de la misma cordillera, donde decenas de bomberos, con la ayuda de helicópteros, tratan de apagarlo.
En este momento hay activos al menos cuatro incendios en Bogotá, según el alcalde Carlos Fernando Galán, entre ellos en los Cerros Orientales, sector aledaño al relleno Doña Juana, Cerro del Cable; humedal Tibanica y quema de residuos en Timiza, este último ya fue controlado
Sobre el incendio que registró en los cerros orientales en la localidad de Chapinero, según el mandatario ha dejado al menos 12 hectáreas afectadas y cuatro personas heridas. Sobre sus causas, después de una investigación se conoció que el origen habría sido una fogata hecha por ciudadanos.
“Esto nos lleva a hacer un llamado de responsabilidad a la ciudadanía. Todo indica que esto fue producto de una fogata. Y aunque estamos en un momento crítico en términos ambientales y en temas de temperatura, esto precisamente afecta y en cierta forma genera un ambiente propicio para que una fogata que se deja descuidada genere un incendio de estas proporciones”, mencionó el alcalde.
Sobre los otros incendios, las autoridades aún adelantan las investigaciones para conocer a detalle cuáles fueron las causas.
La ausencia de lluvias y récord de altas temperaturas en el país han sido los ingredientes del cóctel perfecto para prender los 21 incendios que están activos actualmente en el país, en los departamentos de Santander, Norte de Santander, Boyacá, Vichada, Antioquia y Cesar.
Un panorama desolador con cientos de frailejones arrasados por las llamas deja el incendio en el páramo de Berlín, que hace parte del complejo Páramo de Saturbán, uno de los focos más preocupantes por la significación de este ecosistema, fundamental para abastecer de agua potable al noreste de Colombia.
Los frailejones son «fábricas naturales de agua» que ayudan a regular los flujos hídricos y alimentan los manantiales que posteriormente sirven para abastecer a municipios y ciudades.
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