Poulos señaló no recordar cómo regresó la noche del 21 de enero al apartamento, fue al siguiente día que “recuerdo despertarme con la ropa y los zapatos puestos. Valentina estaba al lado mío (…) yo estaba en un estado inducido por las drogas y el alcohol.
El confeso asesino señaló que se metió a bañar y poco después intentó despertar a Valentina, sin embargo, la joven no contestó y al revisarle el pulso se percató de que ya estaba sin signos vitales.
“Me levanté, me fui a bañar, vi a Valentina, traté de despertarla, pero no respondió (…) Cuando le revisé el pulso ya estaba muerta”, relató Poulos.
Fue entonces que el estadounidense soltó unas declaraciones que dejaron a muchos sorprendidos en la audiencia, pues, pese a haber admitido el crimen aseguró que amaba a la joven y que se sintió mal después de matarla.
“Sí, yo quedé destruido, yo a ella la amaba, había estado con ella 9 meses, había hablado con ella 9 meses todos los días. Imagínese matar a alguien a quien uno ama. La habitación me daba vueltas, había consumido muchas drogas, era como si un cañón me estuviera disparando”, expresó.
“Es ese momento tomé una decisión horrible, pensé que, si iba a la Policía, hay una percepción de que el Gobierno en Colombia es corrupto, que en la prisión me iban a matar (…) Valentina me dijo que en el medio de DJs hay buenas personas, pero hay malas que pueden tratar de matarte, extorsionarte (…) Esto era una situación de vida o muerte, en un eventual juicio no tendría mis derechos garantizados. Los amigos de ella me iban a matar. Tomé una decisión horrible, traté de escapar y la metí en la maleta azul (…) En todo caso, lamento esta decisión de meterla en la maleta y tratar de escapar”, aseguró.
Según el sujeto, fue entonces que “Puse a Valentina dentro del carrito de mercado, la cubrí con el bolso negro y encima puse una toalla. Después de poner la toalla, la bajo” y metió el cuerpo en el carro.
“Esa mañana todo era un pánico completo, nunca había estado en una situación así (…) Cuando subí al auto, cuando iba a dejar el apartamento estaba revisando si venía gente, pero había un ascensor de autos, entonces necesitaba saber si el ascensor estaba abajo para poder subir y, pues también por causa del alcohol y las drogas, le pegué al carro en la salida”, relató.
Tras salir del edificio, Poulos no sabía dónde esconder el cuerpo, por lo que mientras iba rumbo al aeropuerto fue que vio el contenedor de basura y decidió dejarlo allí tirado.
“Necesitaba desplazarme para esconder el cuerpo, no tenía dónde, no conocía Bogotá (…) me dirigí al aeropuerto, pasé el sitió de alquiler de carros y vi un contenedor de basura, me detuve a ver si habían cámaras y ahí dejé el cuerpo de Valentina”, contó.
Luego de abandonar el cuerpo de Valentina en un contenedor de basura, el confeso asesino llegó al aeropuerto y tomó el primer vuelo que salía rumbo a Panamá, donde después pretendía tomar otro vuelo rumbo a Turquía, sin embargo, cuando estaba en el área de migración fue capturado por las autoridades panameñas, quienes lo enviaron a Colombia, donde ha permanecido encarcelado.
Tras haberse declarado inocente en un principio y ahora haber confesado el crimen, La Fiscalía solicitó 50 años de cárcel en contra del estadounidense por el delito de feminicidio agravado.
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