La joven había llegado a Colombia precedente de España. Amaya regresó a su país con el anhelo de reencontrarse con su hijo de cuatro años y con el deseo de practicarse una liposucción, por la que había pagado cerca de 7 millones de pesos. De acuerdo con el diario El Espectador, esta joven estudiaba Derecho y sus estudios los financiaba con un trabajo que tenía como recepcionista en un hotel. Al parecer, su intención era llevar consigo a su hijo hacia el país europeo.
Gabriela Duarte, hermana de Laura Sofía Amaya, comentó que dieron con la persona que la operó por recomendación de algunas conocidas, afirmando que “los resultados, al inicio, eran geniales”. Además, confirmó que la persona que operó a su hermana se presentó como médica esteticista, por lo que se sintieron en confianza y Amaya se dispuso para el procedimiento. No obstante, su familiar dijo a Noticias Caracol que “eso era un local. No era una clínica, no era un consultorio, eso era un local”.
El procedimiento se llevó a cabo el 15 de septiembre y debía finalizar antes de la 1 de la tarde, sin embargo, todo se complicó y hasta la paciente, según su hermana, empezó a convulsionar e incluso se cayó de la camilla. Aunque la trasladaron a la clínica del Olaya, allí falleció.
Brenda Gissele Celeita fue la mujer que operó a Laura Sofía y, según la Fiscalía, fue la causante de su deceso. Al parecer, esta mujer no es especialista y tampoco cuenda con un título de médica. No tiene ningún tipo de certificación para llevar a cabo estos procedimientos y aun así decidió intervenir a la joven de 23 años. El ente acusador señaló de homicidio a Celeita luego de esta práctica irregular que le causó la muerte a esta mujer en Bogotá.
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