Los delincuentes cada vez más encuentran la manera de obtener los datos de los usuarios y así cometer fraudes bancarios que dejan en graves aprietos a las víctimas de estos. Es por lo que se debe tener mucho cuidado cuando se realizan las transferencias entre cuentas personales, pues en algunas ocasiones estas se convierten en un ‘caldo de cultivo’ para los estafadores, quienes se están valiendo de los recursos tecnológicos para robar.
Ahora bien, existen diversas prácticas que se deben tener en cuenta y que a la hora de hacer transferencias son cruciales, precisamente para impedir que las mentes inescrupulosas puedan llevar a cabo sus robos. Tenga cuidado, porque con la tecnología ahora es más sencillo caer en trampas y engaños.
El phishing es una de las modalidades de fraudes en línea más comunes, ya que se puede hacer por diferentes medios como un correo electrónico, llamadas, mensajes de texto y sitios web duplicados o fraudulentos. La recomendación es siempre verificar con fuentes oficiales la procedencia de los mensajes, dudar y asegurarse que las URL sean las oficiales.
Recuerde que las entidades financieras no solicitan información personal cuando lo contactan. Esto incluye claves, números de tarjetas, códigos de seguridad y es importante que no entregue ningún tipo de información hasta tanto no tener claro el motivo del contacto.
También es importante que la conexión desde la que haga la transferencia sea segura. Cuando se trata de ciberataques, en muchas ocasiones las redes públicas son las que más afectaciones en esta materia tienen, así que es mejor optar por un wifi de uso privado o los datos del celular.
Evite abrir enlaces sospechosos o que contengan supuestos beneficios o premios que, aparentemente, ‘se haya ganado’. Mantenga en su teléfono las aplicaciones bancarias o financieras actualizadas y configure opciones como clave dinámica y reconocimiento facial en cada momento que vaya a realizar una transacción.
