Ducha captura se dio gracias a una cooperación internacional entre Colombia y Estados Unidos para combatir la explotación sexual de menores.
Tras ser capturado, Correa confesó a las autoridades haber viajado a Colombia para abusar sexualmente de niñas de 11 años en adelante. De acuerdo con las autoridades, el sujeto pagaba por dichos encuentros sexuales alrededor de 300.000 pesos colombianos y un celular marca iPhone.
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Además reconoció que había ingresado al país 45 veces, viajes en los que contactó a menores de edad para abusar de ellas.
Tras la incautación de los dispositivos, las autoridades descubrieron chats con un traficante sexual con quien organizaba los encuentros e informaba sobre sus exigencias.
Dichas conversaciones fueron reveladas por La W Radio, donde se evidencia las aberrantes conversaciones que el sujeto tenía con una mujer mientras organizaba un encuentro sexual en la ciudad de Medellín.
Allí se lee que Correa le pedía a la mujer una menor entre 11 y 12 años de edad y además le preguntaba con descaro si la niña le permitiría llegar hasta el final o por el contrario lloraría y le pediría que pare.
“¿Está lista para todo? (…) ¿Me dejará llegar hasta el final o llorará y me pedirá que pare?”, se lee en las conversaciones donde además le recalcaba a la mujer que les daría un celular dependiente de cómo fuera el trato de la menor con él en el encuentro.