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Silva fue el ganador de aquella edición de Yo Me Llamo, donde alcanzó una votación histórica para vencer a los imitadores de Wisin y Yandel y Leonardo Favio. Pese a que sus presentaciones fueron magistrales y cautivaron al jurado y a los televidentes, el camino para Robinson Silva, el imitador fue más espinoso de lo que muchos piensan.
De acuerdo con una entrevista concedida al programa La Red, Silva pasó múltiples necesidades luego de su llegada a Bogotá, tanto así que le tocó sufrir los embates de la calle y todo lo que esto conllevó. El intérprete de los boleros más escuchados de la región atraviesa un momento bastante complejo debido a la muerte de su tío Juan, quien fue el que le dio la mano cuando arribó hacia el año 96 a la implacable capital.
“Me fui como sin querer queriendo hacia las calles. Yo fui un habitante de calle, más que todo para trabajar, para conseguir lo del arriendo, para conseguir muchas cosas. Entonces me iba a la calle porque no había de otra. Alguien me dijo: ¿usted no es hijo de don Severiano? Yo dije sí. Luego me llevan a un hogar donde había dos niñas y yo digo que es una persona de admirar porque eso no lo hace cualquiera”, comenzó diciendo el imitador.
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Silva reveló que, si no hubiera sido por la ayuda de su tío Juan, su vida en Bogotá probablemente habría sido más compleja, por lo que la muerte de su promotor lo llenó de tristeza y desolación. El ganador de la sexta temporada de Yo Me Llamo lamenta no haber podido compartir más tiempo con la persona que lo ayudó y expresarle todo su agradecimiento porque en gran parte, gracias a él, logró convertirse en el cantante que es hoy día.
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