Hace unos días, en redes sociales, se hizo viral la imagen de una perrita que con uniforme y todo acompaña a su dueño, un conductor de SITP, a realizar sus recorridos por Bogotá.
Las imágenes de la mascota derritieron de ternura a los internautas, así como a los ciudadanos que han tenido la fortuna de encontrarse al conductor y su inseparable perrita a bordo de un bus.
Ante esta particular y tierna situación, en ‘Cómo amaneció Bogotá’, de Tropicana, nos pudimos en contacto con su protagonista para saber más a fondo sobre su historia y la de su mascota.
Su nombre es Huger Herrera, un conductor de SITP al que la vida le cambió tras conocer a su mascota que hoy en día es su perrita inseparable, tanto así que va todos los días al trabajo con él.
Según contó el operador, una noche, mientras cubría la última ruta del SITP le dejaron en la parte trasera del bus a la perrita abandonada en vuelta en una cobija, aunque su primera reacción fue de desconcierto, tomó la decisión de adoptarla y llevarla consigo a casa.
“Hace cuatro años tengo a mi mascota, es de compañía. Me la dejaron en el SITP (…) a las 11:00 p.m estaba cubriendo la última vuelta y me la dejaron ahí abandonada con una cobijita, yo decía – ¿qué hago yo con esta perra?- y pues la adopté”, inició contando.
Lo que Herrera no se imaginaba era que esta perrita a la que puso por nombre Lulú, se convertiría en su mejor terapia y apoyo emocional luego de perder a su esposa e hija en un accidente de tránsito en el 2008.
“Yo hace un tiempo atrás perdí a mi esposa y a mi hija en un accidente y ella se convirtió en ese soporte y me ha ayudado muchísimo. Uno no piensa en que un animalito pueda ayudar a una persona y fíjate que sí”, dijo a los micrófonos de Tropicana.
Desde entonces Huger ve a Lulú como un regalo del cielo que llegó a su vida para sanar el vacío que dejó la pérdida de su familia.
“Es una perra que Dios me mandó para que cubriera ese rol como de hija, porque yo me entretenía dándole tetero, ella se fue acoplando a mi y ahorita somos inseparables”, relató.
Al ver la gran terapia que estaba siendo la perrita para el conductor, la empresa SITP aceptó que este estuviera acompañado por su mascota, por lo que ahora Lulú sale todos los días de casa con Huger y está con él todos los recorridos y rutas que cubre, pero también regalando una sonrisa a aquellos que se la encuentran rumbo a sus hogares o trabajos.
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