Entre Valientes

Crédito: Tropicana

La historia de Alonso Betancur, un niño que habitó calles y pudo surgir vendiendo dulces

Alonso Betancur contó su historia de superación tras ser víctima de abandono en su niñez.

jcarreno
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Muchas personas atribuyen sus dificultades, traumas y problemas a una niñez o adolescencia que no fue sana y, aunque ciertamente esa etapa de una persona es vital para su desarrollo, también existen testimonios de personas que lograron hallar en un ambiente de caos una vía para convertirse en líderes y figuras que inspiran.

Este es el caso de Alonso Betancur, protagonista de un nuevo episodio de Entre Valientes con Adriana Bustos, donde contó cómo el abandono en su niñez lo llevó a habitar las calles, pero más adelante encontraría la luz y una nueva oportunidad de vida. Alonso inició comentando que creció en el seno de una familia disfuncional, donde su padre tomó la decisión de abandonarlo cuando aun estaba en el vientre de su mamá, quien tuvo que ejercer los dos roles como tantas mujeres cabeza de hogar que hay en Colombia.

Betancur contó que su padre buscó a su madre cuando estaba embarazada y le propinó una brutal golpiza que por poco pone en riesgo su vida. Después de su nacimiento, su madre cayó en el alcoholismo producto de los problemas que la agobiaban, esto por supuesto le impedía surgir en cualquier actividad y los recuerdos que Alonso tiene de niño es que se sentía muy solo y poco importante para sus progenitores.

Alonso recuerda que estaba a la deriva e incluso después de varios años no había sido registrado, por lo que lo llamaban Álvaro, que a su vez era la pareja de su mamá. Recuerda que prefería estar en la calle que aguantando los maltratos en su casa. Llegó a pasar varias noches en la intemperie y hasta comiendo sobras en las inhóspitas calles de Bogotá.

Dormía en la fachada de un edificio en el centro de Bogotá y hasta se bañaba en una fuente muy popular. Su vida en la calle lo hizo encontrar otros niños con los que forjó un vínculo. Esos niños eran hijos de vendedores informales, entonces decidió que era buena idea trabajar, pero no sabía cómo. Un programa de televisión infantil que veía frecuentemente fue su instrumento para aprender a leer, sumar y restar.

Quería entrar a una escuela, pero no tenía dinero. Fue entonces cuando decidió sacar plata de su madre para comprar cajas de frunas y venderlas en la calle. El abandono fue tal que siendo un niño de 7 años el sueño que tenía en ese entonces era comerse un pollo frito, ya que en su casa habitualmente pasaba hambre y en la calle solo encontraba sobras.

Mire aquí el episodio completo de Entre Valientes con Alonso Salazar

 

El protagonista de esta historia asegura que a sus 9 años finalmente pudo entrar a estudiar después de ahorrar y encontrar a una vecina que le ayudó en todo el proceso. Como no tenía registro civil, la vecina improvisó al hablar con la profesora y le colocó el nombre ‘Álvaro Alonso’.

Poco a poco Alonso fue luchando la vida vendiendo dulces para comprar las cosas que necesitaba. Sus libros, su vestimenta y hasta su comida. Uno de los momentos más felices que recuerda de su niñez es cuando pudo comprar medio pollo en un asadero del centro. En ese momento pronunció una frase poderosa: “Nadie me va a volver a humillar por un plato de comida y nunca voy a volver a comer sobras”.

 

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