Posteriormente, un ortopedista les dijo a los padres de Sara que unos hematomas que le salieron en su pierna derecha eran completamente normales, sin embargo, estos se fueron multiplicando hasta provocarles dolores insoportables. Sara comentó que nació completamente sana y luego de que la diagnosticaron, experimentó una situación realmente dramática debido a que la mayor parte de su infancia la vivió en un hospital.
«No podía correr, no podía saltar ni hacer todas las cosas que mis amiguitos hacían. Yo no podía hacer actividad física y también sufrí de bullying. Tuve muletas, mi pierna izquierda enyesada, no caminaba bien y ahí tuve conciencia de lo que me pasaba», comentó Sara.
Sara confesó que dejó de caminar a los 7 años debido a que los tumores invadieron de una forma muy agresiva sus extremidades inferiores. Padeció tanto dolor que ya ni siquiera le daban ganas de comer y por eso llegó a tener desnutrición severa. A los 10 años comenzó a pensar en la amputación de su pierna derecha, pero solo hasta los 12 años se hizo efectivo este procedimiento. Sara asegura que tanto los médicos como sus familiares le dijeron que no se apresurara, sin embargo, el dolor hizo que la niña implorara que le amputaran su pierna.
Perdió su pierna derecha en el año 2021 y dos años más tarde, por cuenta de una herida que nunca cicatrizó, perdió la izquierda. A pesar de que Sara era consciente de lo que significaba quedarse sin sus piernas, ella manifestó que la amputación de sus extremidades le trajo descanso y alivio.
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