Entre Valientes es el video pódcast de Tropicana, conducido por Adriana Bustos, que busca destacar aquellas historias de superación que a su vez, pretenden inspirar a quienes buscan sobresalir sin importar las condiciones o circunstancias de la vida.
El capitán del Ejército Camilo Andrés Castellanos es el protagonista de este nuevo episodio de Entre Valientes. Un militar hecho a pulso que vivió una tragedia en 2012 cuando un campo minado le arrebató sus piernas, sin embargo, pudo encontrar en el deporte y sus seres queridos una nueva oportunidad de vida.
Castellanos, recordó que su admiración e inspiración para hacer parte de la Fuerzas Militares llegó gracias a su padre, quien sirvió a la institución por 25 años. Razón suficiente por la que al graduarse del colegio le dijo a sus padres que tomaría la decisión de incorporarse en el Ejercito Nacional de Colombia. En enero de 2007 el capitán inicia su historia en la institución que ama con todo el corazón sin tener la más remota idea de lo que estaba por venir.
El 27 de febero 2012, Castellanos tuvo que enfrentar una de las mayores adversidades de su vida, cuando en medio de un operativo en contra de un cabecilla del narcotráfico terminó cayendo en un campo minado en lo que aparentemente parece ser una trampa organizada por grupos ilegales al margen de la ley. Desafortunadamente, en el accidente, el capitán Castellanos pierde sus dos piernas a causa de las graves heridas.
Recuerda con total nostalgia la trágica situación que tuvo que vivir en carne propia y cómo fueron los aterradores momentos posteriores a la explosión, cuando tuvo que ver que había perdido su pierna izquierda en la explosión y cómo su pierna derecha estaba completamente afectada.
Una segunda oportunidad de vida
A pesar de la difícil situación que tuvo que enfrenta, Camilo cuenta cómo su resiliencia vino gracias a los motores de su vida: su familia, específicamente su hijo fue quien le dio esa valentía para aceptar y afrontar su nueva realidad de vida. Además relata esa lucha interna que comenzó desde su proceso de rehabilitación y el tener que aprender a caminar de nuevo.
«Todo era oscuridad en esos momentos realmente, pero al momento de llegar todas estas instituciones [Ejercito Nacional y sus dependencias de apoyo] me doy cuenta que poco a poco iba teniendo nuevos sueños, nuevas esperanzas, nuevos caminos, veía ejemplos de superación», expresó.
En medio de su proceso de recuperación, compañeros de la institución que ya habían atravesado por ello llegaron para darle su apoyo, por lo que es ahí cuando llega el deporte a su vida, lo que a su vez, termina convirtiendo su trágica historia en un nuevo renacer. De hecho, cuando salió de la clínica, lo primero que hizo fue ir a piscina, el cual era uno de sus sueños luego de las charlas motivacionales.
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